El futbolista Enzo Figueredo, de Matadero por la Lealtad que a principios de este mes agredió brutalmente al árbitro Shair Salomón durante un partido de la Primera, recibió una suspensión de diez años de parte del Tribunal de Disciplina de la Liga Cultural de fútbol.
Esa dura sanción, que le impedirá por una década pisar una cancha culturalista como jugador de fútbol, se suma a la causa penal que afronta, ya que en su momento fue imputado por el delito de lesiones leves, se le pusieron restricciones de acercamiento al árbitro y se le prohibió el ingreso a una cancha de fútbol, y hasta podría ir a prisión si se efectiviza la condena, porque tiene antecedentes penales.
El grave incidente ocurrió en el minuto 76 del partido, disputado el pasado domingo 1 de junio, cuando Figueredo fue expulsado por una acción violenta sobre un rival. Según el informe arbitral, tras recibir la tarjeta roja, el jugador se abalanzó sobre el juez y le propinó varios golpes de puño en el rostro, provocándole una lesión en el parietal izquierdo y causándole pérdida de conciencia durante al menos cinco minutos.
En su descargo, el jugador se manifiesta arrepentido y pide disculpas, y admite haber ‘perdido el control’ y cometido ‘actos irracionales sin medir consecuencias’”.
No obstante, el tribunal apuntó con firmeza: “El árbitro fue golpeado con tal fuerza que perdió la conciencia por un rato. A su vez, en el video puede apreciarse, como agravante, que el árbitro fue golpeado tras caer, cuando se encontraba en un estado de indefensión. La conducta de Figueredo es injustificable e inadmisible“.