La gente anda diciendo

La gente anda diciendo que el 25 de Mayo no trajo libertad, sino más grietas. En la Catedral, el arzobispo García Cuerva le habló al poder con tono firme: “Hemos pasado todos los límites”. Dicen que fue un mensaje directo a Milei, que respondió con silencio y desaires, negando el saludo a su vice Villarruel…

La gente anda diciendo que el 25 de Mayo no trajo libertad, sino más grietas. En la Catedral, el arzobispo García Cuerva le habló al poder con tono firme: “Hemos pasado todos los límites”. Dicen que fue un mensaje directo a Milei, que respondió con silencio y desaires, negando el saludo a su vice Villarruel y a Jorge Macri. Se escucha que el Tedeum fue más una postal de ruptura que de unidad nacional.

También comentan que mientras el Presidente celebra victorias electorales en la Ciudad, el país real se desangra. En La Plata y otras provincias, al menos 14 personas murieron y más de 50 resultaron infectadas por fentanilo contaminado, un escándalo sanitario que expone la fragilidad del sistema de salud y la falta de controles .

Dicen que la economía muestra señales contradictorias: el mercado sonríe con la baja inflación de abril y la suba del Merval, pero el campo llora. Las tormentas recientes dejaron campos anegados y caminos destruidos, poniendo en riesgo la cosecha de soja en el noroeste bonaerense .

Se escucha que el glaciar Perito Moreno, símbolo de nuestra Patagonia, sufre un retroceso irreversible, perdiendo casi 2.000 metros en siete años. Los científicos alertan sobre el impacto del cambio climático y la falta de inversión en investigación .

La gente anda diciendo que mientras el gobierno cierra la unidad que investigaba el escándalo de la criptomoneda $Libra, promovida por el propio Milei, la justicia sigue buscando respuestas. La oposición acusa al Presidente de encubrir un fraude que perjudicó a miles de inversores .

Dicen que la calle está cansada de relatos y espera soluciones. Que el pueblo no quiere más ajustes disfrazados de épica libertaria. Que sin justicia social no hay futuro, y sin futuro, la patria se desmorona.

La gente anda diciendo que es hora de escuchar, de dialogar y de construir un país para todos. Porque donde el poder ve números, la calle ve rostros. Y esos rostros, cansados pero dignos, siguen esperando respuestas.