Las ventas minoristas en los comercios pymes volvieron a retroceder en mayo: registraron una caída del 2,9% interanual y del 0,7% respecto a abril. Con estos resultados, el sector acumula dos meses consecutivos de retracción en la actividad, según un informe difundido por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El Índice de Ventas Minoristas Pymes, elaborado mensualmente por la entidad, muestra que tras un breve repunte en los primeros meses del año, el consumo volvió a estancarse y comenzó a bajar.
Escenario de cautela
Desde CAME señalaron que “la actividad comercial experimentó una leve retracción en los últimos meses, en un contexto caracterizado por una menor disponibilidad de recursos, ajustes de precios y mayores exigencias operativas”.
Además, destacaron que el panorama para el comercio minorista sigue siendo complejo: “Hay sectores con caídas pronunciadas, márgenes muy estrechos y dificultades crecientes para sostener la rentabilidad. La falta de crédito, la competencia informal y la pérdida del poder adquisitivo condicionan las decisiones de compra de los consumidores”.
Desempeño por rubros
Alimentos y bebidas: registraron una baja interanual del 7,6%, a pesar de mantener un crecimiento acumulado del 13,6% en lo que va del año.
Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles: se mantuvieron estables frente al mismo mes de 2024, con un retroceso del 3,8% respecto a abril y un acumulado positivo del 13% en el año.
Calzado y marroquinería: retrocedieron 0,5% en la comparación interanual, aunque acumulan un alza del 10,5% en 2025.
Farmacias: mostraron un leve repunte del 1,5% interanual y un crecimiento acumulado del 13,5%.
Perfumería: tuvo un avance interanual del 5,2%, pero cayó 0,9% respecto al mes anterior.
Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción: descendieron 2,6% interanual, aunque acumulan una suba del 9,5% en el año.
Textil e indumentaria: retrocedieron un 1,6% en la comparación interanual, a precios constantes.
Con este escenario, la CAME advierte que los niveles de consumo siguen en terreno inestable, y el repunte del primer trimestre comienza a diluirse ante la persistente caída del poder adquisitivo y la fragilidad del mercado interno.